27 de octubre de 2011

Sentaba sin preocupacion, solo pasaba las horas. Miraba a traves de la ventana al cielo nocturno de aquella preciosa noche primaveral. No habia nubes, por lo que podia distinguir las estrellas perfectamente.
Veia como se dibujaban algunas curiosas formas, algunas de hecho solo se formaban en su imaginacion, pero todo daba igual. Las estrellas le emitian su energia mientras descansaba reposando en su sofa, a ratos, bebia sorbos de una taza de cafe. Luego, volvia a mirar al cielo e imaginaba que viajaba a traves de las estrellas y conocia el universo, sabia que era imposible, pero lo real, lo posible y lo imposible eran cosas que para el no tenian ninguna importancia. No habia nada mas importante que su amor.
Sentia un profundo amor por aquella estrella que veia a lo lejos. Tan brillante, solitaria, alegre, expresiva, viva, tan perfecta, que rompia la perfeccion. Era su estrella. Se sentia tan lejos y a la vez tan cerca de la estrella que, dentro de el, notaba un raro cosquilleo cada vez que la miraba, casi la acariciaba suavemente, la llegaba a notar, sentia su calor, su energia entraba dentro de el. Su estrella, que fantastica que era. Al llegar el amanecer veia como se desvanecia poco a poco y se despedia de la estrella. Sabia que la volveria a ver a la noche siguiente.
Y asi pasaron los dias y semanas y meses. Hasta que, una buena noche decidio fotografiar la estrella, necesitaba tenerla junto a el durante el dia, cuando no podia verla. Saco su camara y le hizo una preciosa foto. Estaba realmente orgulloso.
Pero al revelar el carrete, advirtio que su estrella no aparecia, que su estrella habia desaparecido de la foto, que la foto estaba oscura. Y no lo entendia. Esa misma noche repitio la accion, pero la estrella siguio sin aparecer en la foto. Por tercera vez, lo intento, pero, de nuevo, no lo logro.
Ya cansado, llamo a un amigo para que fuera a ver por la noche la estrella. Y que sorpresa la suya cuando su amigo le dijo que no habia ninguna estrella donde el le indicaba. Probo a indicarle mejor la zona, la forma y todas las cosas en las que se fijaba cuando la observaba cada noche. Pero no, la estrella seguia sin ser vista.
Finalmente, se despidieron, y el corriendo fue a ver su estrella, a comprobar si de verdad estaba alli. Y asi era. Se froto los ojos una y otra vez, pero la estrella no se movia de su sitio. La miro fijamente y de nuevo volvio a sentir toda su fuerza y energia, todo su calor, todo aquello que tanta felicidad le causaba. Esos minusculos detalles que le hacian amar tanto a la estrella.
De repente entendio todo, ya sabia la razon por la cual la estrella parecia perdida a ojos ajenos. Era su estrella. SU estrella. Nadie excepto el podia verla, era una fuerza que solo el sentia.
Y en vez de sentirse apenado por que, quiza, la estrella no existiera y fuera mero producto de su imaginacion, el sonrio como habia hecho tantas otras veces a lo largo de su vida. Pero no era una vez cualquiera, era especial, notaba como una enorme emocion fluia por su cuerpo, por sus venas. Se sentia enormemente grande, parecia que crecia por momentos y se acercaba a la estrella mas y mas y mas y mas, mucho mas que lo que nunca antes habia estado, mucho mas cercano, mucho mas unido a la estrella.
Y se tocaron por fin.
Y se juntaron.
Y ambos desaparecieron y dejaron de ser materia y se convirtieron en algo mas. Algo mas bello y mas fantastico. Se convirtieron en amor. Fueron todo por un momento. Y dejo de importar nada.
La estrella tenia mucha mas fuerza que lo que el creia, mucha mas fuerza que lo que el hubiera podido imaginar nunca. Descubrio cosas que nadie habia descubierto aun. Sintio cosas que nadie habia sentido aun.
Entonces, todo dejo de existir para el, no queria nada mas. Y permanecio asi para siempre.
Mucho mas que lo que suelen durar las cosas normales. Mucho mas que lo que se tarda en leer este relato. Mucho mas que lo que puedas imaginar. Quedo asi hace mucho tiempo y aun permanece alli y siempre estara alli.
Siempre.
Siempre.

[...]

Fue algo.. espacial.

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