6 de noviembre de 2011

Suspiraba, removiendose los sesos, recordando aquella melodia que susurraba desafonadamente sutiles y deliciosos versos de oro a sus sentidos. Caminaba, como balanceandose sobre las baladas de su carmin alma, buscando esa blanca blusa con la que cubrir su desamparada belleza. Encontrando en cada segundo un beso. En cada minuto un mundo. En cada corazon una vida.

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